El Real Zaragoza desaprovechó una gran oportunidad para certificar el acceso al playoff de ascenso tras perder por 0-1 ante el Mirandés en La Romareda en un inusual miércoles.

En un atípico miércoles, más propio de las primeras fases de la Copa del Rey, el Real Zaragoza recibía en La Romareda al CD Mirandés, a priori equipo muy inferior al de Popovic. Sin embargo, las ausencias en el conjunto maño se a notaron desde el primer minuto de partido y se podría decir que se igualaron las fuerzas.

Sin juego, ni por el centro ni por las bandas, Borja echaba de menos a Pedro y a Jaime. El Real Zaragoza no conseguía hacerse con el control del partido y no tardó en llegar el primer contratiempo. A balón parado se adelantó el Mirandés en el minuto 18 por medio de Urko Vera, que remató de cabeza sin oposición de la zaga zaragocista y sin que Bono pudiera hacer nada para evitar el 0-1.

La mejor oportunidad de los locales en la primera parte la protagonizó Rico, el mismo que anotó el único gol –o golazo- en la anterior jornada, con un disparo potente que logró tocar Razak y que salió rozando el palo.

En el segundo tiempo mucho tenían que cambiar las cosas en La Romareda, porque para que el Real Zaragoza juegue el playoff de ascenso tiene que ganar dos partidos de los que le quedan por jugar, y los próximos rivales no es que lo vayan a poner más fácil que el Mirandés precisamente.

Y lo cierto es que  algo cambió. El conjunto aragonés comenzó a aproximarse con peligro al área rival. En los inicios tuvo dos buenas ocasiones en los pies de Dorca y de Borja, ambas se fueron desviadas por poco, y Eldin ingresó en el terreno de juego por Ruiz de Galarreta.

El equipo incrementó aún más su faceta ofensiva con la sustitución de Willian José por Rubén. De esta forma Popovic daba entrada a un delantero por un defensa y se la jugaba todo a dos jugadores faltos de ritmo. A falta de 20 minutos para el final, Fernández cedió un gran esférico al segundo palo que remató Eldin y que sacó bajo palos un zaguero del equipo de Miranda de Ebro. Poco después, a Javi Álamo le caía un balón a los pies dentro del área que no pudo golpear con precisión y que acabó sin problemas en las manos del arquero visitante.

El Real Zaragoza quemaba su último cartucho y sustituía a Javi Álamo por Tato en el minuto 80 del encuentro. De nuevo por medio de Eldin, pero esta vez a bocajarro, se perdía una muy buena ocasión para conseguir el empate tras una grandísima parada de Razak, que hizo patente ser capaz de lo mejor y de lo peor. Y es que el Real Zaragoza fue incapaz de superarle en todo el partido e hizo que el 0-1 no se moviera del electrónico en lo que restó de partido.

— Álvaro Concha —