Mil cuatrocientos kilómetros para defender un sentimiento. ¡1.400 millones de gracias!. No se puede definir mejor, como en ese tuit que el Real Zaragoza dedicó a sus aficionados antes de comenzar el partido en el Anxo Carro. El viaje organizado desde hace días salió según el horario previsto desde Calatayud a las 4:45 h. La ilusión se respiraba en la treintena de aficionados de las peñas de Maluenda y de Calatayud a la hora de subirse al autobús. Sobre las seis de la mañana se sumó el resto de aficionados en Zaragoza. En total 58 “locos” que desafiaron la distancia para ver jugar a nuestro equipo en tierras gallegas.

El viaje sin problemas, con dos paradas intermedias, donde la gente de la Rioja o de Burgos nos miraba extrañados cuando se enteraban de donde éramos y donde íbamos. Sobre las 15:30 h llegamos a Lugo y nos alojamos en el Gran Hotel donde ya tenían todo coordinado para nuestra llegada.Desde allí salimos andando al estadio “Anxo Carro”, entrando con bastante antelación. En una excelente ubicación, las peñas allí presentes colocaron sus pancartas  y comenzó la animación. Pese a ser un centenar se dejaron oír los cánticos en el estadio, como así lo agradecieron nuestros jugadores al final, viniendo a aplaudirnos y a compartir, pese al mal partido, un rato con nosotros.

Una vez terminado el encuentro, pudimos disfrutar de la maravillosa ciudad de Lugo. El trato con la gente lucense fue exquisito durante toda la jornada. La satisfacción en todos los desplazados fue total, como así se comentó a la mañana siguiente en el desayuno en el Hotel.Sobre las 12 de la mañana, partía el autobús rumbo a Zaragoza de nuevo. Quedaba lo más duro por delante. Entre Ponferrada y León, paramos a comer, fue una parada larga, para que los aficionados pudieran comer con tranquilidad, después a seguir descontando kilómetros. Un par de paradas más, para estirar las piernas y tomar algún refrigerio, alguna cabezada, alguna película en el autobús y llegada a Zaragoza. Eran las 11 de la noche. Todavía quedaba una hora más de autobús para las peñas de Maluenda y Bilbilitana.

El balance del viaje, pese a la paliza, pese al mal juego de nuestro equipo es muy satisfactorio. Todo salió según lo previsto, el trato tanto en el hotel, como con la afición lucense, y con todos sus habitantes extraordinario. Lunes por la mañana, tan sólo han pasado unas horas y ya recibimos las primeras llamadas de aficionados que estuvieron en Lugo interesándose por los siguientes desplazamientos. No hay explicación, nuestra afición siempre te sorprende y ahí estaremos la Federación de Peñas, para facilitar los viajes, y seguir acompañando a nuestro equipo. En las buenas y en las malas.